Consumo de vinos blancos en Francia, con especial atención a los vinos del Loira

Tendencias del consumo de alcohol y vino en Francia
La contribución deInterLoire al SIVAL 2024 pone de manifiesto una tendencia persistente desde los años sesenta: el descenso general del consumo de alcohol en Francia. En 1960, el adulto francés medio consumía 200 litros de alcohol al año. Esta cifra ha disminuido significativamente hasta unos 80 litros en 2018, lo que representa una reducción de dos tercios. Esta tendencia se centra principalmente en los vinos sin indicación geográfica -antes conocidos como vinos de mesa-, que solían representar la mayor parte del consumo. Hoy en día, representan solo una quinta parte del consumo total. En cambio, los vinos de calidad con DOP o IGP experimentaron un aumento entre los años 90 y 2000, aunque su consumo ha ido disminuyendo desde mediados de la década. Los vinos espumosos y los champanes también registran un crecimiento relativo, pero siguen siendo minoritarios en el conjunto. La sidra, por su parte, ha visto caer su consumo en picado a lo largo de las décadas. El consumo de cerveza, por su parte, se recupera desde hace aproximadamente una década, invirtiendo una tendencia a la baja iniciada en los años sesenta.
Otro dato llamativo es el efecto generacional. Cada generación consume menos vino que la anterior, lo que refleja una difícil renovación entre los jóvenes consumidores. Proporcionalmente, menos franceses beben vino. Sin embargo, en cifras absolutas, el número de consumidores aumenta, hasta alcanzar unos 40 millones en 2023, gracias al crecimiento demográfico.
Tendencias específicas del consumo de vino blanco
El consumo de vino blanco destaca por su crecimiento en un contexto en el que otros tipos de vino están disminuyendo. Entre los menores de 35 años, el vino blanco se está convirtiendo en el color de vino más popular. Esta tendencia se explica en parte por los cambios en los hábitos alimentarios que favorecen los platos asociados al vino blanco, como el pescado, el marisco o las carnes blancas. El aumento de las ocasiones en las que no se come, como los aperitivos, también está alimentando esta demanda. El afrutado y el frescor figuran entre los atributos ideales buscados por la mitad de los consumidores, mientras que los jóvenes de 25 a 34 años sitúan el dulzor en tercer lugar en sus criterios de calidad.
Desde un punto de vista generacional, las generaciones más jóvenes beben más vino blanco que sus mayores a la misma edad. Además, unos 30 millones de franceses beben vino blanco, con una marcada paridad entre hombres y mujeres. Este color atrae a un número creciente de consumidores, con cerca de un millón de nuevos aficionados reclutados desde 2017. Lógicamente, esta creciente popularidad también se refleja en las franjas de edad, destacando especialmente los jóvenes de 25 a 34 años.
Impacto en los segmentos de mercado y en los vinos blancos del Loira
La distribución de vino blanco se orienta cada vez más hacia los segmentos premium y superpremium. Hoy, un tercio del volumen de los supermercados se vende en botellas de entre 3,50 y 7 euros, mientras que los vinos premium, de entre 7 y 15 euros, han visto duplicado su volumen en una década. Los vinos blancos del Loira también destacan en el mercado. Representan el 25% del volumen de vinos blancos con DOP vendidos en los supermercados y muestran una tendencia especialmente dinámica, con un aumento del espacio dedicado en los lineales y de las ventas por metro lineal. Los segmentos premium desempeñan un papel clave en estos resultados.
En las vinotecas y restaurantes, los vinos blancos del Loira también representan una parte importante de la oferta. Además, su presencia crece en los segmentos de gama media, entre 20 y 30 euros, así como en los segmentos premium y superpremium. Los consumidores de vinos blancos del Loira son principalmente exploradores y expertos, pero también representan un potencial de desarrollo los públicos no explotados, como los semanarios sociales. Estos segmentos favorecen a los comerciantes de vino y consumen en exceso vinos blancos, lo que pone de relieve el importante atractivo y las oportunidades que ofrecen las iniciativas a medida.
Las perspectivas, si bien se ven alentadas por la posición favorable de los vinos blancos en el mercado, exigen no obstante mayores esfuerzos para mantener los volúmenes a medida que disminuye la población de aquí a 2034. A través de su plan Loira 2030, la región vitícola del Loira pretende compensar la caída de la demanda interna impulsando significativamente las exportaciones, con el objetivo de representar el 30% de los volúmenes de exportación en los próximos años.