Estructuración de las industrias del bambú y las flores silvestres y reciclaje circular de la orina humana

Producción local de semillas y conservación de la biodiversidad
En su intervención en SIVAL 2024 en nombre de VEGEPOLYS VALLEY, un representante de Nova-Flore describió el compromiso de la empresa con la producción local y sostenible de semillas. La empresa, con sede cerca deAngers, se centra en las semillas de flores, así como en las mezclas adaptadas a los insectos polinizadores y a la biodiversidad. Desde hace más de diez años, Nova-flore lleva a cabo un programa científico denominado "Attract" para identificar las plantas más atractivas para los polinizadores. A partir de 25.000 observaciones de unas 300 especies, se diseñan mezclas de flores para maximizar su atractivo para los insectos.
La empresa también es miembro de la marca"Végétal Local" desde 2017. Este marco exige que las semillas se recolecten, multipliquen y comercialicen exclusivamente en su región de origen ecológico. En cumplimiento de estos requisitos, Nova-flore ha establecido ocho centros de producción en cinco zonas ecológicas, utilizando sistemas adaptados como la plantación lineal monoespecífica. Todo el proceso, desde la recolección en la naturaleza hasta la multiplicación y la producción en volúmenes comerciales, dura unos tres años. Esta anticipación es indispensable para responder a las necesidades de las colectividades locales y de los profesionales de los espacios verdes.
Dinámica del sector del bambú y sus beneficios medioambientales
Horizom también destacó el sector del bambú como una forma de hacer frente a los retos medioambientales y económicos. El bambú ofrece una alternativa viable a los materiales fósiles al tiempo que aumenta los sumideros de carbono. Su capacidad para producir una gran biomasa, su escasa necesidad de insumos químicos y su capacidad para restaurar el suelo lo convierten en un cultivo resistente. Con 400 plantas por hectárea, la primera cosecha es posible al cabo de cinco años. A partir de entonces, cada año se cosecha un tercio de la plantación, lo que garantiza un recurso renovable y unos ingresos netos estimados en 2.500 euros por hectárea y año.
Las salidas incluyen principalmente el mercado de créditos de carbono y el mercado de la biomasa. Estos materiales pueden transformarse en bioaislantes, paneles o pellets para calderas. Para ayudarles en la transición, los agricultores reciben un amplio apoyo para la creación, el seguimiento y el desarrollo de su producción. Esta estrategia también contribuye a diversificar las explotaciones de forma sostenible.
Recuperación circular de orina humana como abono
Con la economía circular en mente, otra empresa, Label Verte, estudió el potencial de recoger y recuperar la orina humana como fertilizante. Con altas concentraciones de nitrógeno, fósforo y potasio, este recurso suele desperdiciarse en las plantas de tratamiento de aguas residuales, creando contaminación difusa en los cursos de agua. El proyecto pretende reintroducir estos nutrientes en el suelo limitando al mismo tiempo el uso de fertilizantes químicos. Los sistemas de retretes separadores facilitan la recogida de la orina en origen y su posterior transformación en un producto fertilizante estable tras un periodo de almacenamiento e higienización de al menos un mes.
Este modelo ofrece una serie de ventajas, como una reducción significativa del consumo de agua potable (en torno al 20%), una disminución de la energía necesaria para producir abonos sintéticos y una transición hacia una fertilización local y circular. El reto consiste en crear un modelo económico viable para que esta práctica se generalice entre los profesionales y los particulares. Actualmente se están realizando estudios técnicos y económicos financiados por la región de Pays de la Loire y la ADEME.