Visto en SIVAL
Clima: problemas y soluciones
Desempeño económico

Intercambio de experiencias en viticultura y agroforestería

Por: SIVAL
Tiempo de lectura: Unos minutos
Fecha de publicación: 12 de febrero de 2024
Visto en el SIVAL: las prácticas agroforestales innovadoras y los planteamientos de gestión sostenible de los viñedos permiten conciliar la resistencia ecológica y el rendimiento económico ante los retos de la agricultura actual.

Reducir el uso de productos químicos en viticultura

Viticultura y agrosilvicultura: en SIVAL 2024, una conferencia exploró las medidas adoptadas para reducir el uso de productos químicos en viticultura, integrando al mismo tiempo prácticas ecológicas y respetuosas con el medio ambiente. La viticultora y asesora Marie-Pierre Lacoste-Duchesne compartió su experiencia de aplicación de los principios de la agroecología, y más concretamente de la agrosilvicultura, en su finca(Château La Clotte-Cazalis, certificado AB). Esta explotación de la Gironda sirve de ejemplo concreto y pone de relieve la importancia de pasar a prácticas ecológicas certificadas. Tras empezar con métodos técnicos convencionales, el desarrollo de la botritis llevó a revisar las prácticas vitícolas. La transición a la agricultura ecológica, iniciada en 2012, se concretó con la plena certificación en 2015 para reducir el impacto químico y favorecer el equilibrio de los ecosistemas.

La conferencia hizo hincapié en la necesidad de adaptar los modelos agrícolas al clima actual. Los viticultores deben producir mejor, con mayor regularidad y respetando las exigencias medioambientales. La conferencia también demostró que la reducción de los insumos químicos mejora la resistencia del suelo y el desarrollo óptimo de los hongos necesarios para producir podredumbre noble. La transformación de las prácticas agronómicas forma parte de una visión a largo plazo del rendimiento económico sostenible de las explotaciones.

Agroforestería y diversificación de cultivos

También se debatieron los beneficios de la agrosilvicultura para la producción agrícola, en particular su impacto en la estabilización del suelo, la gestión de nutrientes residuales y la erosión. Un experimento agroforestal aplicado en una explotación desde 2012 ilustró estos beneficios. La plantación de más de 600 árboles, con especies como el carpe, el olmo y el fresno, se planificó en función de la anchura de la maquinaria agrícola para mantener la compatibilidad práctica. La elección de las especies arbóreas y su disposición para minimizar la pérdida de superficie cultivada resultaron esenciales. En diez hectáreas de cultivos de maíz, los resultados mostraron una mayor resistencia del suelo y ninguna pérdida de vigor cerca de los árboles, incluso en veranos secos y calurosos como el de 2022.

Para los viñedos, en 2017 se introdujo la agrosilvicultura con un diseño que incorpora setos frutales e islas de biodiversidad. La distancia entre los árboles y las vides se ha ajustado para equilibrar las necesidades de luz solar y proteger los cultivos de las temperaturas extremas. Este modelo también favorece el movimiento de la fauna, en particular de los polinizadores y las aves, que dependen de esta continuidad ecológica. Los experimentos con islas de viñas y setos frutales formados por árboles como el albaricoquero y el peral han ilustrado la importancia de elegir variedades y portainjertos para optimizar la producción y respetar las limitaciones agronómicas.

Gestión integrada y multifuncionalidad de los árboles

La gestión integrada del uso de los árboles en los sistemas agrarios es un aspecto clave del planteamiento debatido en el SIVAL. Los árboles no son meras plantaciones fijas; hay que prever su gestión, su tamaño y sus funciones. La experimentación con un seto frutal diversificado ha enriquecido el suelo, ha proporcionado protección climática y ha dado cobijo a una fauna muy variada. Las técnicas específicas de gestión de los frutales, como la espaldera y la poda, demuestran que existen soluciones adaptadas a todas las configuraciones de explotación.

Además de la producción directa, los árboles se utilizan en funciones auxiliares como la producción de madera, la fijación del nitrógeno y la mejora de los ecosistemas. Su organización en el paisaje agrícola puede incluir zonas de regeneración natural o plantaciones estratégicas para interconectar los hábitats existentes. Por ejemplo, en los bordes de diques o humedales, árboles como el sauce mimbre mejoran la biodiversidad y pueden aprovecharse para fines artesanales. También se han mencionado las iniciativas participativas de plantación de árboles como oportunidades para concienciar y movilizar a los interesados locales en torno a proyectos agroforestales. Por último, las prácticas complementarias, como la tracción animal y el pastoreo ecológico, complementan la gestión global de las explotaciones, incorporando rotaciones rápidas para minimizar el impacto en el suelo. Estos planteamientos demuestran la importancia de un equilibrio global entre los cultivos, los suelos y las plantas presentes, con vistas a la agroecología y la transición agrícola.

Esta presentación SIVAL está disponible para su reproducción

Sectores
Arboricultura, Nuevos sectores, Viti-Vinicultura
Temas
Agroecología, Diversificación de la producción, Economía y mercado, Técnicas de producción y agronomía
Organizado por
Végétal Connect
Créditos de las fotografías
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